¿Qué es un lifting de rostro?
El correr de los años no pasa desapercibido en el aspecto de las personas, y quizás sea la cara la zona donde más huellas deja. A determinada edad, por lo general una vez pasados los cuarenta, tanto en hombres como mujeres comienzan a presentarse arrugas en la piel y los músculos faciales empiezan a manifestar un déficit de tonalidad. Para intervenir en escenarios como este, existe un procedimiento quirúrgico -por cierto uno de los más requeridos- que se denomina lifting de rostro. Se trata de un procedimiento que arroja resultados sorprendentes en lo que respecta a un aspecto rejuvenecido sin que ello signifique pronunciadas alteraciones en los rasgos originales.
El lifting facial se lleva adelante mediante una técnica que bien podría calificarse como de estiramiento. La misma se ejecuta a través de mínimas incisiones que no dejan rastro visible, de un modo no demasiado diferente a como se efectuaba este procedimiento cuando comenzó a ser utilizado por la medicina estética. A la hora de intervenir, el cirujano presta especial atención a la recuperación de estructuras internas que, por el mero paso del tiempo, se presentan en estado de flacidez o decaimiento. Ello aporta a la proyección de un aspecto natural del rostro y, en ese sentido, optimiza el resultado de la operación.
La gran mayoría de los casos de lifting facial se lleva a cabo con anestesia local y sedación. La tendencia de la medicina en general y de la estética en particular, es evitar el uso de anestesia general, mucho más lesiva.
Se puede afirmar que, salvo en ocasiones de excepción, la cirugía de lifting de rostro es de modalidad ambulatoria, o sea que no demanda hospitalización previa o posterior. Un procedimiento estándar de lifting facial tiene una duración aproximada de entre dos y tres horas. Determinados tipos de correcciones a llevar adelante pueden generar alguna modificación en la extensión del tiempo en quirófano, aunque no de modo significativo.
Tras una intervención estética de lifting facial el proceso postoperatorio se lleva a cabo de modo sencillo y en un período acotado. En condiciones normales, el o la paciente puede volver a su rutina cotidiana al transcurrir una semana. La precaución que se deberá tener en cuenta es la de no incurrir por algunos días más en actividades que requieran esfuerzos físicos pronunciados. Otra recomendación muy importante tiene que ver con la conveniencia de no exponerse a la luz solar al menos por tres meses.
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